PRESENTACIÓN
António Moreira Teixeira, Universidade Aberta, Portugal.
La pandemia de coronavirus parece haber tomado a
todos por sorpresa. Su impacto global ha sido rápido y dramático. Más de 1,7
millones de vidas se perdieron en menos de un año. Las consecuencias económicas
y sociales han sido absolutamente devastadoras: La mitad de los 3.300 millones
de trabajadores del mundo corren el riesgo de perder sus medios de vida. En
este escenario caótico, la pandemia también ha presentado un desafío sin precedentes
para la educación que está provocando cambios importantes en el sector.
El cierre de escuelas y campus en todo el mundo como resultado
de medidas de distanciamiento social y políticas de bloqueo llevó a una
transición masiva y acelerada de las instituciones educativas al aprendizaje a
distancia y en línea, y a una readaptación de las formas de docencia y de
evaluación convencionales en otras factibles en las nuevas circunstancias. Más de 1,6 billones de estudiantes y 63 millones de
maestros en 191 países han sido afectados en el pico de la crisis (UN, 2020). De
hecho, habiéndose convertido en un objetivo político que el aprendizaje formal
no podía detener, la única forma posible de que las actividades escolares y
universitarias continuaran era realizarlas de forma remota desde los hogares de
los profesores y de los estudiantes. Sin embargo, una operación tan compleja se
implementó de la noche a la mañana sin una planificación adecuada, ya que
simplemente no había tiempo suficiente. Instituciones, docentes, estudiantes y
sus familias tuvieron que responder rápidamente, ajustándose a una situación
imprevista y bastante inestable.
Pronto empezaron a surgir una serie de obstáculos. En primer
lugar, la creciente dependencia de la tecnología expuso la brecha digital que
aún afecta a nuestras sociedades, incluso en los países con más recursos. Esta
nueva forma de exclusión resulta de las desigualdades sociales. Pero, de alguna
manera, la opinión pública consideró el aprendizaje en línea como una herramienta
para extenderlos. Otro obstáculo aparente fue la falta de infraestructura
actualizada y acceso a Internet de banda ancha, particularmente en las regiones
menos desarrolladas. De hecho, unos 826 millones de estudiantes, la mitad de
los que se mantuvo fuera del aula por la pandemia, no tiene acceso a una
computadora y 706 millones (43% del total) no tiene Internet en el hogar
(Unesco, 2020a). Además, 65 millones de los alumnos afectados no pueden utilizar teléfonos móviles para acceder a
la información porque no están cubiertos por redes móviles (Unesco, 2020b). Sin embargo, el principal obstáculo parecía ser la baja alfabetización
digital de profesores y estudiantes, junto con la inercia de metodologías
docentes y de formas de evaluación tradicionales basadas principal, o
exclusivamente, en metodologías expositivas o en exámenes presenciales.
A pesar de los mejores esfuerzos de las autoridades,
instituciones educativas, organizaciones profesionales y comunidades, se hizo
evidente que la mayoría de los profesores no tenían las competencias y
habilidades necesarias para ofrecer una enseñanza en línea de alta calidad. En
todos los subsectores de la educación en todo el mundo se pueden encontrar
dificultades para abordar los problemas de la brecha digital, la sobrecarga de
trabajo de los profesores y estudiantes y la fatiga digital, el desconocimiento
de los problemas de gestión y privacidad de los datos personales y un concepto
erróneo general sobre la metodología de educación a distancia y la pedagogía
del aprendizaje en línea, así como de prácticas docentes basadas en un
aprendizaje más activo y en modelos de evaluación formativa, más basados en la
interacción, la supervisión y la participación.
En su mayoría sin estar preparados para la educación en línea, pero
con coraje y empeño los maestros se esforzaron por comprender lo que
significaba enseñar a distancia utilizando un entorno de aprendizaje
completamente en línea, luchando por crear contenido que fuera atractivo y
relevante, o experimentando con la evaluación digital. Al elegir jugar seguro y
evitar riesgos importantes, la mayoría simplemente se limitó a replicar sus
experiencias tradicionales en el aula, brindando conferencias en línea a través
de sistemas de conferencias web, como Zoom, Skype, Microsoft Teams y WhatsApp,
y a prácticas evaluativas basadas en exámenes en línea. Esta simplificación
excesiva de la metodología de enseñanza y aprendizaje a distancia y en línea ha
dado como resultado un enfoque excesivamente basado en la entrega de contenidos,
lo que devalúa el apoyo y la retroalimentación adecuadas de los aprendices, que
son de suma importancia para asegurar el desempeño de los estudiantes. Lo mismo
cabe señalar en relación con el uso predominante de la comunicación sincrónica
en lugar de la asincrónica, que es más apropiada ya que promueve la flexibilidad
del aprendizaje, la realimentación y la reflexión (Bates, 2020).
Como han señalado los expertos, la mayoría de estas prácticas
pueden caracterizarse mejor como una enseñanza remota de emergencia, que se define
como "un cambio temporal de la entrega de instrucción a un modo de entrega
alternativo debido a circunstancias de crisis" (Hodges et al., 2020). El
objetivo no es recrear un ecosistema educativo sólido, sino más bien
proporcionar acceso a la instrucción y a los apoyos educativos de una manera
que sea rápida de configurar y esté disponible de manera confiable durante una
emergencia o crisis. Varios han llegado a llamarlos 'pánico-gogics' (Kamanetz,
2020). De hecho, con estas expresiones solo reiteramos el carácter de corto
plazo y la menor efectividad de los enfoques pedagógicos utilizados.
Debemos reconocer, sin embargo, que la pandemia también ha
contribuido a mostrar algunas limitaciones de los actuales modelos teóricos
sobre la enseñanza apoyada por la tecnología y sobre la enseñanza en línea.
Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la escasez de
investigaciones sólidas y mejores prácticas sobre el aprendizaje a distancia y
en línea para poblaciones no adultas, especialmente niños.
En este momento, único de la historia moderna de la educación, desafortunadamente
se han cometido muchos errores y fracasos. Los conceptos erróneos resultantes
de los esfuerzos apresurados por enseñar digitalmente han obstaculizado la
reputación del aprendizaje a distancia y en línea (Czerniewicz, 2020; Baggaley,
2020). Podría socavar "décadas de trabajo y experiencia con lo que
funciona y cómo funciona, tanto pedagógica como tecnológicamente" (Naidu,
2020). Pero este experimento masivo excepcional también ha fomentado la
transición digital de los sistemas e instituciones educativos. Aunque las
instituciones que normalmente enseñan cara a cara en las aulas o en los campus
probablemente volverán a ese modo de instrucción con cierto alivio, los arreglos
especiales que implementaron durante la crisis de COVID-19 dejarán un rastro
duradero (Daniel, 2020). Como señala Naidu (2020) para los defensores de la
educación abierta, flexible y a distancia, éste es el mejor momento. Después de
décadas de existencia en la periferia de las prácticas educativas
convencionales basadas en campus, en la nueva o próxima normalidad (Unesco,
2020) la educación a distancia y en línea ya no es aprender por la puerta trasera.
Para respaldar la calidad de esta transformación de las culturas
organizacionales institucionales y de las prácticas de enseñanza y aprendizaje,
la investigación está llamada a desempeñar un papel fundamental. Por un lado,
es importante que el cambio de prácticas se base realmente en los resultados de
la investigación y en sus recomendaciones. Por otro lado, el creciente interés
por las formas de enseñanza y aprendizaje mejoradas por la tecnología está
atrayendo a un número cada vez mayor de estudios e investigadores. La
producción de la comunidad de investigación sobre educación abierta y digital
está destinada a expandirse drásticamente en los próximos años.
Esta tendencia ya se puede ver en el número especial de RED
dedicado a la "transición de la educación convencional a la educación y al
aprendizaje en línea, como consecuencia del COVID19". Este número reúne
cerca de una docena y media de artículos que representan una rica variedad de
temas y enfoques. Los autores representan también un trasfondo cultural
diverso, provenientes de países tan diferentes como España, Taiwán, Portugal, Reino
Unido, Brasil, Estados Unidos, México o Colombia.
El
tema central de la mayoría de las contribuciones se relaciona obviamente en
cómo la pandemia ha afectado a los sistemas educativos. Jordan, David, Phillips
y Pellini lo abordan desde la perspectiva de la relación entre docentes /
educadores y la tecnología en su excelente artículo titulado "Educación
durante la crisis de COVID-19: Oportunidades y limitaciones del uso de
Tecnología Educativa en países de bajos ingresos ". El objetivo de los
autores es demostrar que EdTech por sí sola no puede cerrar la brecha de
aprendizaje. En su documento de debate, reflexionan sobre la importancia
fundamental de combinar la dedicación y la capacidad de recuperación de los
profesores y educadores con el apoyo eficaz de las herramientas EdTech para
garantizar que el aprendizaje no se detenga. Exploran algunas de las
limitaciones clave de utilizar EdTech a escala para apoyar la educación en
países de bajos ingresos en un momento de crisis y destacan las oportunidades
que han surgido hasta ahora, en un contexto que cambia rápidamente. Los autores
se basan en evidencia y ejemplos para informar las decisiones de políticas y
programación, pasando de la respuesta de emergencia inicial a la construcción
de resiliencia a largo plazo y planificando para diagnosticar y tratar las
brechas de aprendizaje que han surgido durante la crisis. Cabe por último
destacar que este trabajo constituye la difusión académica, la Official Full-Text Publication, del informe encargado por el Forgein Office
británico, a través del UK’s
Department for International Development, sobre Educación con Tecnología
durante la crisis de Covid-19 en los países pobres. La elaboración del informe
fue inicialmente encomendada al equipo de investigadores de las universidades
de Cambridge y Oxford liderado por Katy Jordan.
Otra importante contribución centrada en el impacto del
Covid-19 en los sistemas educativos la presentan Area-Moreira,
Bethencourt-Aguilar, Martín-Gómez & San Nicolás-Santos en su muy
interesante artículo "Análisis
de las políticas de enseñanza universitaria en España en tiempos de Covid-19.
La presencialidad adaptada". En
su investigación, los autores analizan las propuestas de política educativa de
las universidades públicas españolas preparadas para el nuevo curso escolar
2020-21. El estudio se basa en las recomendaciones ofrecidas por el Ministerio
de Universidades español, así como en las distintas resoluciones o indicaciones
realizadas por el liderazgo institucional. El artículo concluye señalando que
existe una política similar para el sistema universitario español derivada de
las recomendaciones del Ministerio de Universidades sobre asistencia adaptada.
Asimismo, los autores señalan que dicho concepto no existe en la literatura
académica, pero que responde a la modalidad de enseñanza mixta, híbrida o blended
learning. Señalan al final que estas políticas son de corto plazo y solo
diseñadas para responder a la emergencia sanitaria, careciendo así de una
visión más estratégica sobre la transformación digital de la educación
superior.
Otro aspecto relevante durante la pandemia ha sido
el impacto en la salud mental. La mayoría de los análisis se han centrado en
los altos niveles de estrés y ansiedad que sufren las comunidades educativas a
raíz de los largos períodos de encierro y distanciamiento social. Sin
embargo, Gómez León aporta una perspectiva innovadora, destacando el impacto
positivo del aprendizaje digital para las víctimas de bullying. En su artículo "Disminución de la ansiedad en las víctimas del bullying
durante el confinamiento por el COVID-19", realiza un estudio con
276 adolescentes, en el que se comparan niveles de ansiedad, depresión,
rendimiento académico y ciberbullying antes y después del encierro. Significativamente,
el encierro no ha afectado el desempeño académico de los estudiantes víctimas
de bullying e incluso ha permitido mejorar sus niveles de depresión y
ciberbullying. De manera diferente, los otros estudiantes no aumentaron sus
niveles de ansiedad, pero vieron afectado su rendimiento académico.
Como se señaló anteriormente, la comunidad de investigadores
difiere sustancialmente de las prácticas de enseñanza remota de emergencia de
la metodología de aprendizaje en línea. Sin embargo, ¿cómo perciben y evalúan
los estudiantes esta diferencia? Niño Carrasco, Castellanos-Ramírez &
Patrón Espinosa nos brindan una visión muy interesante en su artículo "Contraste de experiencias de
estudiantes universitarios en dos escenarios educativos: enseñanza en línea vs.
enseñanza remota de emergencia".
Los autores exploran las experiencias de los estudiantes universitarios en
torno a la acción educativa recibida en un entorno de enseñanza en línea, antes
de Covid-19, y en un entorno de enseñanza remota de emergencia, durante la
pandemia. Curiosamente encontraron que las medias fueron mayores para el
escenario de enseñanza en línea en comparación con el escenario de emergencia a
distancia, aunque solo se encontraron diferencias estadísticamente
significativas en el diseño instruccional, la evaluación del aprendizaje y la
participación de los estudiantes en las asignaturas.
Una de las principales ventajas del aprendizaje online es que
promueve la construcción colaborativa de conocimiento. Lin & Reigeluth abordan
este tema en su excelente artículo titulado "Orientación para el
aprendizaje colaborativo apoyado en wiki y construcción de conocimiento
comunitario para una clase completa: Cómo mejorar los entornos de aprendizaje
durante la pandemia COVID19". Presentan una teoría instruccional para el
aprendizaje colaborativo con el apoyo de wikis en el contexto de proyectos de
grupos pequeños. Identificar los desafíos relacionados con la motivación del
alumno, la dinámica de grupo y la evaluación. Los autores del estudio concluyen
que el uso de wikis para fomentar una cultura de compartir y para aumentar la
motivación y participación de los estudiantes en el trabajo de proyectos
individuales o grupales, así como en la construcción de conocimiento
comunitario para toda una clase, puede enriquecer el aprendizaje al crear
entornos de aprendizaje centrados en el conocimiento, centrados en la
evaluación y centrados en la comunidad.
Díaz Guillen, Andrade Arango, Hincapié Zuleta & Uribe Uran
también demuestran la importancia de un buen diseño específico de aprendizaje
en línea en "Análisis del proceso metodológico
en programas de educación superior en modalidad virtual". Se especializan
en la oferta de educación superior en línea en Colombia. La investigación
realizada involucró a 10 instituciones.
Un factor crítico para el éxito de cualquier transición digital
son las alfabetizaciones digitales, como se señaló anteriormente. Dos artículos
aportan importantes contribuciones a este debate sobre las habilidades
digitales para la transformación de la educación superior. Monteiro &
Leite, con "Alfabetizaciones digitales en la
educación superior Habilidades, usos, oportunidades y obstáculos para la
transformación digital", eligen centrarse en las percepciones que los
estudiantes portugueses de educación superior tienen sobre sus habilidades
digitales. Su estudio muestra buenos niveles de confianza en lo que se
relaciona con la búsqueda y edición de datos y menos confianza en la capacidad
de concebir y desarrollar nuevas soluciones digitales. También demuestra que
las tecnologías digitales no se están utilizando para establecer redes de
aprendizaje y que la mayoría de los docentes no brindan la retroalimentación y el
apoyo al aprendizaje adecuados.
Amaya, Cantú & Marreros dirigieron su investigación a la
alfabetización digital entre docentes. En "Análisis
de las competencias didácticas virtuales en la impartición de clases
universitarias en línea, durante la contingencia del COVID-19" se realiza
un análisis de las habilidades didácticas digitales basadas en el modelo
T-PACK. Los resultados muestran que los docentes presentaron habilidades
sobresalientes en su enseñanza a distancia durante la contingencia, y además,
no se encontraron diferencias significativas entre géneros en ninguna de las
dimensiones del modelo T-PACK.
Otro tema crítico es la producción de materiales de
aprendizaje. Durante la pandemia el uso de recursos educativos abiertos (REA) y
MOOC ha aumentado exponencialmente. Los tres
principales proveedores de MOOC (Coursera, edX y FutureLearn) registraron
tantos usuarios nuevos en abril de 2020 como en todo 2019. Alrededor del 25-30%
del total de usuarios registrados en estas plataformas se produjo después de la
pandemia (Shah, 2020). En este número especial de RED se
incluyen dos artículos sobre la producción de materiales didácticos. Gomes,
Martins & Azevedo presentan un estudio titulado "¿LongForm
o Microcontenido? Análisis de soportes para materiales didácticos
digitales". Con base en una encuesta realizada en una universidad brasileña
en el estado de Minas Gerais, concluyen que el microcontenido es más
adecuado para construir el aprendizaje con materiales más pequeños tanto en
tamaño como en complejidad de contenido. En cuanto a LongForm, su investigación
muestra que es más apropiado cuando se trata de contenidos complejos, densos y
que requieren multimedia para facilitar la comprensión.
El mismo tema es abordado por Hernández-Ramos,
Martínez-Abad & Sánchez-Prieto, en "El
empleo de videotutoriales en la era post COVID19: valoración e influencia en la
identidad docente del futuro profesional". Los autores analizan el proceso
de planificación e implementación de videotutoriales en cursos de metodología
de la investigación.
El importantísimo tema de la identidad docente y el desarrollo
profesional se aborda en dos casos de estudio relacionados con la formación del
profesorado digital en el programa de Formación Inicial de Profesores de
Educación Infantil ante la necesidad de adaptarse a la educación online.
García-de-Paz & Santana Bonilla en "La Transición a entornos de educación virtual en
un contexto de emergencia sanitaria Estudio de caso de un equipo docente en
Formación Profesional Básica" concluyen sobre la relevancia de tres
factores: una sólida infraestructura digital en la escuela para la enseñanza y
la comunicación; un modelo de organización educativa basado en el liderazgo y
la autonomía de los equipos docentes; y la visión de los docentes de la familia
como agente educativo esencial.
Por otro lado, Soto, Maldonado-Ruiz, Márquez-Román & Peña
en su contribución titulada "Reconstruyendo el
conocimiento práctico en confinamiento. Una experiencia de enseñanza en la
formación inicial de docentes" destacan la importancia crítica de
una buena coordinación y tutoría y convocatoria nuestra atención a la
insuficiencia de realizar una formación inicial totalmente en línea de los
profesores en este nivel de educación. De hecho, la falta de interacción física
con los niños en una etapa tan temprana de desarrollo puede obstaculizar la
calidad de la formación docente.
Mirando hacia atrás en 2020, este fue un año de mucha
experimentación en todos los niveles. En este número también hay espacio para
compartir la descripción de dos casos de estudio relevantes relacionados con la
transformación digital de los cursos universitarios. González-Patiño &
Esteban-Guitart en "La transformación hacia
experiencias expandidas en educación superior: curso #UAMskills de identidad
digital" describen el rediseño exitoso de un curso en la
Universidad Autónoma de Madrid utilizando un enfoque pedagógico de aprendizaje
personalizado que incluía el aprendizaje abierto y en red. ocupaciones. El
objetivo fue resaltar el potencial de interconectar la diversidad cultural con
trayectorias participativas.
Por fin, de la Calle, Miró, de Dios & de la Rosa presentan "Adaptación de la asignatura de Responsabilidad Social
del grado de Periodismo a la docencia en línea, en tiempos de COVID-19".
En este análisis cualitativo, muestran cómo la diversificación de los métodos
pedagógicos y el enfoque en el aprendizaje colaborativo en línea conducen a un
aumento significativo en el nivel de responsabilidad social de los estudiantes
durante la pandemia.
Citar como:
Moreira Teixeira, A. y Zapata-Ros, M. (2021). Introducción / presentación
al número especial de RED “Transición de la educación convencional a la
educación y al aprendizaje en línea, como consecuencia del COVID19”. Revista
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Sumario
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