Con el COVID19 hay
aspectos de la edición científica, hasta ahora inamovibles, que han cambiado. La revisión de pares, los
tiempos, procesos y flujos de edición y la importancia de los preprints,
de los materiales grises y de los datos en abierto.
Ha sucedido,
principal y casi exclusivamente, en la edición médica y biomédica.
Podemos decir, después de
observar lo que ha pasado, de su reflejo en las plataformas de investigación médica
y biológica, y de su repercusión, que, en general, la cultura de la investigación
gratuita y compartida, fundamentalmente la de open access, ha ayudado a
los investigadores a tomar decisiones más informadas sobre el brote y, por otro
lado, como contrapartida, la necesidad creada por la pandemia ha resaltado la
importancia de la ciencia abierta.
Otra
cosa que se ha observado es que, desde los primeros días del brote, los
científicos compartieron constantemente, no las investigaciones acabadas,
libres de errores y de estilo depurado, sino los datos de sus experimentos y sus estudios
sobre modelos del virus, para que todos pudieran mantenerse actualizados
sobre las tendencias y características de la transmisión. Estos datos
fueron sobre resultados y análisis de secuencias de genes virales, resultados
epidemiológicos, experimentos fallidos, posibles dosis de vacunas para
diferentes grupos de edad, datos estandarizados recopilados de diferentes
grupos, etc. (Obtenido de Science.
The wire).
Otra
enseñanza que se ha sacado es que ese trasiego de información ayudó a reducir
la redundancia evitando que los científicos realizaran experimentos que ya
habían fallado en otros lugares, o hacerlos con variantes nuevas teniéndolo en cuenta,
permitiendo hacer las preguntas correctas y presentar hipótesis más precisas. Al
compartir datos, y las informaciones parciales, los científicos también han
podido analizar el trabajo de los demás, proporcionar retroalimentación y
acceder a conocimientos, habilidades y expertise que quizás no posean en
sus propios laboratorios.
Un ejemplo significativo, fundamental para la marcha
de la investigación y la lucha contra el coronavirus, lo da Science. The wire. Después
de identificar una nueva cepa de coronavirus en pacientes, los investigadores
chinos publicaron rápidamente la secuencia genética del virus en la Iniciativa the
Global Initiative on Sharing All Influenza Data, una base de datos de
datos abiertos, el 10 de enero de 2020. A mediados de enero, investigadores en
Alemania , Hong Kong y otros países europeos pudieron publicar detalles de una prueba de
diagnóstico para detectar el nuevo coronavirus basándose en
esta información. Y según los hallazgos de estos investigadores, la OMS
envió equipos de protección personal y kits de prueba a diferentes laboratorios
de todo el mundo.
La publicación en abierto, incluso o sobre todo, de datos
ha sido pues básica para el progreso de la investigación y la lucha contra el
coronavirus. Pero no menos importante es que también debido a la urgencia se
ha reducido el tiempo de revisión:
Una muestra de ello la proporciona The Economist: Las revistas publicaron alrededor de 490 artículos nuevos sobre virus
solo en los primeros 80 días del brote de coronavirus. Incluso líneas editoriales
tradicionales como la del New England Journal of Medicine y The
Lancet , que tienen una reputación por sus exhaustivos y
largos procesos de revisión por pares, han publicado más de 15 y 41 artículos, respectivamente, sobre el nuevo coronavirus en este periodo de
tiempo. Todo un signo. Un hito fue que el New
England Journal of Medicine publicó un artículo sobre COVID-19dentro de las 48 horas posteriores a la presentación. (Información de Science. The wire).
Así pues,
no es sólo el open access. La literatura científica gris, los preprints
los papers de investigación urgentes de temas urgentes, sin
revisión, han adquirido un papel clave. La revisión por pares no es una
condición sine qua non, no garantiza la evidencia y sobre todo llega tarde.
Se pierde un tiempo que es fundamental.
Los
preprints y la revisión editorial.
Otra cosa que ha puesto de
relieve el brote primero y la pandemia después del COVID19, en relación con la
publicación y el intercambio de investigaciones, ha sido el papel que han
jugado los documentos preimpresos. Por su función en el proceso de edición,
un documento en preimpresión, un preprint, es un documento científico
que se ha escrito después de la conclusión de un estudio, pero que se pone a
disposición de otros investigadores a través de un repositorio en línea antes
de que sea revisado por pares. Por lo tanto, los trabajos de preimpresión
son examinados no por un pequeño grupo de científicos designados por una revista,
sino de manera abierta, por así decirlo, por todos los interesados en el
contenido del documento. Los preprints los elaboran los científicos,
pero la decisión de colocarlos en la plataforma la tienen los editores, y es
una decisión por lo general rápida pero rigurosa. Normalmente un editor se
apoya en un equipo editorial variado y experto, que puede tomar decisiones
rápidas con un examen ejecutivo.
Muchas de las revistas más
notables han respaldado el uso de preimpresiones y presentan sus artículos como
evolución de preprints; La literatura ha puesto de relieve
la eficiencia de este tipo de comunicación científica en algunos procesos investigativos. Así lo hace
un estudio de Plos Medicine publicado en abril de 2018: “las
preimpresiones pueden complementar la publicación revisada por pares y
garantizar la difusión temprana, abierta y transparente de la ciencia relevante
para la prevención y el control de brotes de enfermedades debido a su adopción
más amplia por parte de científicos, revistas y agencias de financiación."
En
el caso que nos ocupa, hasta la fecha, se han publicado casi 760
artículos sobre COVID-19 en los repositorios de preimpresión
bioRxiv y medRxiv, con más de una puntuación solo en los últimos dos días.
Estos repositorios son los hermanos de arXiv el repositorio de más prestigio en
Matemáticas y en ciencias duras. Algunos medalla Fiedls, como Perelman, publican
preferentemente si no únicamente en él. El repositorio hermano de arXiv dedicado
a educación es EdArXiv.
La
importancia de los preprints la ponen de relieve publicaciones como Science. The wire y hechos irrefutables como el que señala el volcado de pantalla siguiente.
Ahora
mismo se han subido 791 artículos preprints a esas plataformas que tienen comotema COVID-19 SARS-CoV-2 a medRxiv y bioRxiv (599 medRxiv, 192 bioRxiv) con
unos índices de descarga y de visualización superior a los medios clásicos.
Educación.-
Todos
lo factores de urgencia para el brote se pueden atribuir igualmente, quizá con
menos dramatismo, pero no con menos urgencia y transcendencia, a la educación y
a la transición masiva de la enseñanza convencional a la educación y al
aprendizaje en línea.
Sin embargo, ni esta urgencia ni esta importancia
se han manifestado así en la investigación educativa. Ni tan siquiera a causa
del fuerte impacto del cese de clases presenciales y del cierre de aulas físicas
y de campus de ladrillo. La urgencia en la edición científica de educación y
aprendizaje, en los preprints sobre el COVID19, no ya en los papers, sólo se ha
manifestado en Oriente. Pero también escasamente. En EdArXiv, por ejemplo, al
día de la fecha sólo se ha publicado un preprint , es de Vietnan y además trata sobre
educación en salud ante el coronavirus. En Google Scholar sólo aparecen, en relación con este tema, preprints y artículos de China y de otros países orientales. Nada de nuestra
área geográfica y cultural.
Hace
falta pues que todas las experiencias que se estén o se vayan a desarrollar y
todas las investigaciones que se produzcan en este contexto de urgencia, el de
la educación online en la transición propiciada por el COVID19, tengan un canal
de difusión similar al que han tenido las investigaciones médicas o biomédicas.
Con
ese fin y con el de contar con un mecanismo de urgencia, la revista RED va a
tomar dos iniciativas:
1.
Convocar un número extraordinario en el que se recojan investigaciones empíricas
que se vayan desarrollando. Sobre todo, a causa de los cambios introducidos en
la metodología docente, diseño instruccional, evaluación de aprendizajes, por la
transición de la educación convencional a la enseñanza online propiciada por el
COVID9, en los distintos niveles.
2.
Dedicar el blog académico RED. El aprendizaje en la Sociedad del Conocimiento (ISSN 2386-8562) a post de preprints de artículos para RED, con sólo
revisión editorial, sobre estos mismos temas.
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